Calentamiento global, factor para evolución de Dorian: Ibero

José Antonio Román/La Jornada.

Ciudad de México. El dramático contraste entre las intensidades inicialmente previstas para el huracán Dorian y su comportamiento real puede asociarse al aumento de la temperatura del océano por el calentamiento global, señaló Alfredo Sandoval Villalbazo, académico de la Universidad Iberoamericana y especialista en cambio climático.

Dijo que la temperatura de la superficie del océano es un factor fundamental para determinar la energía de un huracán, y que en el caso de Dorian, la evolución de la velocidad de los vientos refleja un aumento en la temperatura en la zona de Bahamas que superó todo registro histórico. “Este evento no es, ni remotamente, producto de la casualidad”, dijo.

Sandoval Villalbazo, miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel II, destacó a los pronósticos erróneos dados al meteoro, tanto en la trayectoria como en su fuerza. “La realidad ha sido muy diferente, cinco días después de las primeras predicciones, el planeta ha sido testigo de la peor devastación causada por un huracán en la historia de las Bahamas y una movilización de millones de personas en la península de Florida”, dijo.

En un análisis basado en datos de varias agencias especializadas, el investigador del Departamento de Física y Matemáticas de la Ibero, precisó que debido al cambio climático se hace cada vez más difícil la predectibilidad de este tipo de fenómenos.

“El incremento sostenido de los niveles de dióxido de carbono a partir de la Revolución Industrial ha creado un efecto dominó que incluye el calentamiento de los mares, el incremento de la energía de los huracanes y, por la complejidad matemática del fenómeno, una enorme dificultad para elaborar proyecciones precisas que permitan garantizar la seguridad de las poblaciones en todos los casos”, indicó Sandoval Villalbazo.

En este sentido, dijo que cientos de millones de dólares son invertidos anualmente por instituciones como el Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés) para generar, actualizar y aplicar este tipo de actividad científica y con ello proteger poblaciones vulnerables. Pero estos esfuerzos aún son insuficientes para enfrentar los retos que plantea el calentamiento global producido por el hombre y sus actividades.